“A quien teme preguntar, le avergüenza aprender”
Proverbio danés
¿Preguntas débiles o preguntas poderosas? ¿Por dónde empezamos hoy? Te guste o no, todas las preguntas que haces tienen suposiciones e ideas, y debes aceptar estas suposiciones e ideas para que las preguntas sean significativas. El problema enfoca directamente la atención en ciertas áreas y se mantiene alejado de otras áreas.
Por ejemplo, ¿qué tan grave es la situación? Contiene suposiciones de que la situación es grave. O esta pregunta, ¿cuál es la mejor opción para solucionar esta situación? Contiene la suposición de que tiene varias opciones y la situación se puede resolver. Es muy importante prestar atención a los tipos de preguntas que hace con frecuencia para encontrar suposiciones que hace inconscientemente. Recuerde, los problemas evocan estados emocionales.
Una pregunta tiene la capacidad increíble de dirigir nuestra atención hacia algo. Es más, la única diferencia entre las personas de éxito y las que no lo tienen, es la forma en que preguntan
Mario Borghino, describe en su libro más reciente El arte de hacer preguntas, que una pregunta inteligente es aquella que no es percibida como tal por nuestro interlocutor o contraparte. Es decir, cuando el interlocutor detecta qué se quiere saber, él puede manipular la respuesta y resistirse a decir la verdad y entonces no obtendremos la respuesta deseada o tal vez nada. Pero destaca que lo más importante, es hacer preguntas que hagan reflexionar y pensar.
Débiles vs. poderosas
Estos son algunos de los ejemplos de cómo podemos transformar una pregunta y enriquecer nuestras respuestas.
- ¿Qué te pasó? – ¿Qué quieres lograr?
- ¿Cuál fue el problema? – ¿Qué desafío presenta?
- ¿Por qué te pasó esto? – ¿Cuál es la solución?
- ¿Por qué no has solucionado este problema? – ¿Qué debes hacer para solucionar el problema?
- ¿Por qué no hiciste lo que debías? – ¿Qué puedes aprender de esto?
- ¿De quién es la culpa? – ¿Cuál es la solución?
- ¿Por qué hicieron esto? – ¿Qué les hizo actuar así?
- ¿Por qué no puedo hacer esto? – ¿Qué necesito para lograrlo?
- ¿Por qué me sucedió a mí? – ¿Qué me aporta esta experiencia?
Prueba, practica con tus conocidos hacer preguntas poderosas y ve el resultado. Poco a poco se irá haciendo un hábito y obtendrás toda la información que necesitas.
Cómo preguntar
Las preguntas que comienzan con un por qué suelen ser menos poderosas y tienden a enfocarse en el pasado sin ayudar a pasar a la acción. Por ejemplo, en vez de preguntarte: ¿por qué tengo tan mala suerte?, es más proactivo preguntarse: ¿cómo puedo evitar esta situación en el futuro? O en vez de preguntarte: ¿por qué me pasa siempre lo mismo?, es más proactivo preguntarse: ¿qué puedo aprender de esta experiencia?
Una pregunta, que empieza con un por qué, puede ser poderosa si la enfocamos a identificar nuestros valores. Por ejemplo, ¿por qué hice esto? ¿Qué fue importante aquí para que hiciera esto?
Las preguntas que empiezan con qué y cómo son más poderosas. Es más probable que se enfoquen en el presente, en una situación concreta y que lleven a la acción. Una excepción es: ¿qué debería hacer?, aunque resulta mejor formulada así: ¿qué es lo que quiero hacer?
Reflexiona sobre cómo preguntas
En resumen, las preguntas poderosas están orientadas hacia el futuro y conducen a la acción. Están orientadas hacia la meta y no hacia el problema, y preguntan qué en lugar de por qué. Es importante recordar que contienen supuestos positivos y útiles acerca de la situación. Veamos, a continuación, más ejemplos de preguntas poderosas:
- ¿Qué no estoy dispuesto a cambiar?
- ¿Qué haré de diferente manera la próxima vez?
- ¿A qué me estoy resistiendo en este caso?
- ¿Qué haría si no pudiera fracasar?
- ¿Cuáles son mis expectativas aquí?
- ¿Cuáles son mis habilidades y talentos?
- ¿Qué es lo que más me motiva?
- ¿Qué hábitos me están deteniendo?
- ¿Hasta qué punto estoy comprometido con mi objetivo?
- ¿Cuáles son mis recursos en esta situación?
- ¿En qué pierdo la noción del tiempo?
- ¿Qué otras opciones tengo para hacer en mi vida?
- ¿Qué es lo mejor que podría suceder?
- ¿Cómo y cuándo sabré que he alcanzado mi meta?
- ¿Qué me impide conseguirlo?
- ¿Qué más voy a hacer hoy para conseguirlo?
- ¿Quién puede ayudarme?
- ¿En quién me estoy convirtiendo?
- ¿En qué áreas de mi vida no me siento satisfecho aún?
Terminando…
Ya en mi blog, he hablado en alguna ocasión de las preguntas poderosas. Os dejo aquí el enlace a dos post:
Y hoy quería completar estas informaciones con una comparación entre las poderosas y las débiles para que viérais en ejemplos más reales la diferencia.
Espero que os haya gustado,m y recordar que esto es una habilidad que se puede entrenar y mejorar así que os recomiendo practicar mucho y día a día, y realizar una lista de preguntas poderosas que podéis utilizar en vuestro día a día, o en x situaciones, a posteriori pensar en ella y ver cómo podéis hacer ese tipo de preguntas. De esta manera conseguireis un hábito y os saldrán solas.
¡Feliz miércoles!