«No podemos convertirnos en lo que queremos ser permaneciendo como somos.»
Max DePree
En el mundo actual de las organizaciones ágiles, la transformación digital y los equipos autoorganizados, el coaching se ha convertido en una herramienta clave para acompañar el desarrollo personal y colectivo. Sin embargo, una de las preguntas más comunes entre líderes, managers, Scrum Masters o profesionales del coaching es: ¿cuándo conviene aplicar coaching individual y cuándo es mejor optar por el coaching de equipos?
Ambos enfoques tienen su lugar y potencia, pero cada uno responde a necesidades distintas. En este post vamos a ver sus diferencias, similitudes, beneficios y, sobre todo, cuándo conviene usar uno u otro (¡o ambos!).
¿Qué es el coaching individual?
El coaching individual es una relación uno a uno entre el coach y el coachee (la persona acompañada). Se basa en conversaciones estructuradas que ayudan al coachee a aumentar su autoconciencia, clarificar objetivos, desbloquear obstáculos y desarrollar nuevas habilidades o perspectivas.
Este tipo de coaching suele centrarse en:
- Desarrollo de liderazgo
- Gestión del tiempo y prioridades
- Inteligencia emocional
- Cambio de hábitos o mentalidades
- Preparación para un nuevo rol
- Toma de decisiones complejas
El coaching individual permite un espacio seguro e íntimo donde el coachee puede profundizar en sus motivaciones, miedos, creencias limitantes y aspiraciones personales. Es una herramienta poderosa de transformación cuando lo que se quiere trabajar es interno, profundo y personalizado.
¿Qué es el coaching de equipos?
Por su parte, el coaching de equipos es un acompañamiento a todo un grupo (o equipo) en su conjunto, con el objetivo de mejorar su funcionamiento colectivo. No se trata solo de sumar los talentos individuales, sino de ayudar al equipo a convertirse en una unidad cohesionada, consciente de sus dinámicas, fortalezas y áreas de mejora.
El foco está en:
- Alineación de objetivos y propósito compartido
- Roles y responsabilidades dentro del equipo
- Comunicación efectiva
- Toma de decisiones conjunta
- Gestión de conflictos
- Confianza y seguridad psicológica
- Aprendizaje colectivo
Un coach de equipos observa e interviene sobre las interacciones del grupo, facilitando dinámicas, reflexiones y acuerdos que les permitan evolucionar. Este enfoque es especialmente útil cuando hay tensiones, silos, falta de alineación o baja productividad.
Principales diferencias
Aunque comparten herramientas y una base común (la escucha activa, las preguntas poderosas, la presencia, entre otras), existen diferencias clave entre el coaching individual y el de equipos:
Característica | Coaching individual | Coaching de equipos |
Foco | Persona y su desarrollo | Funcionamiento del grupo |
Relación | Uno a uno | Uno a muchos |
Dinámicas | Conversaciones profundas | Dinámicas grupales y reflexiones colectivas |
Objetivo | Desarrollo personal/profesional | Alto desempeño colectivo |
Intervención | Adaptada al individuo | Adaptada a la madurez del equipo |
¿Cuándo usar coaching individual?
Algunas señales que indican que el coaching individual puede ser la mejor opción:
- Una persona necesita desarrollar su liderazgo o adaptarse a un nuevo rol.
- Hay resistencia o miedo al cambio que no se manifiesta claramente en grupo.
- Se requiere trabajar aspectos personales como la autoconfianza, la gestión emocional o el manejo del estrés.
- Hay bloqueos personales que impactan al equipo, pero deben abordarse en privado.
- El objetivo es potenciar talentos individuales y trazar planes de desarrollo personalizados.
Este tipo de coaching es habitual con líderes, managers, Product Owners o cualquier persona clave en la organización que desea crecer profesionalmente.
¿Cuándo usar coaching de equipos?
Por otro lado, el coaching de equipos es ideal cuando:
- El equipo está en una etapa de formación o reconfiguración y necesita definir su identidad, valores y normas de colaboración.
- Hay conflictos internos que afectan la confianza y la productividad.
- Se percibe falta de compromiso, claridad o alineación en los objetivos.
- Se quiere elevar el nivel de desempeño colectivo.
- El equipo está estancado y necesita un impulso para retomar el aprendizaje continuo.
Este enfoque es muy utilizado en contextos ágiles, donde los equipos multifuncionales deben tomar decisiones rápidas, colaborar estrechamente y adaptarse al cambio.
¿Y si combino ambos?
Una opción poderosa y cada vez más utilizada es combinar coaching individual y coaching de equipos. Por ejemplo:
- Un equipo trabaja en sus dinámicas colectivas en sesiones grupales, pero algunos miembros reciben sesiones individuales para profundizar en temas personales.
- Se acompaña al líder del equipo de forma individual para desarrollar su estilo de liderazgo mientras se interviene en el equipo como sistema.
- Se identifican fricciones en equipo que luego se trabajan individualmente y se integran nuevamente en el colectivo.
Esta combinación permite abordar los tres niveles del cambio organizacional: el individual, el relacional y el sistémico.
El arte de elegir el enfoque adecuado
No hay una fórmula mágica para decidir entre coaching de equipos o coaching individual. La clave está en observar qué se necesita transformar, quiénes están involucrados, en qué etapa están y cuál es el objetivo del proceso de acompañamiento.
A veces será evidente. Otras, requerirá una conversación exploratoria o una sesión de diagnóstico. Lo importante es recordar que ambos enfoques no compiten entre sí, sino que se complementan.
En definitiva, si queremos organizaciones más humanas, conscientes y eficaces, debemos saber cuándo escuchar la voz del individuo y cuándo facilitar la sabiduría del grupo.
¿Te ha pasado tener dudas sobre cuál enfoque aplicar? ¿Has vivido experiencias con coaching individual o de equipos? Me encantará leerte y conversar en comentarios.
Terminando…
Tanto el coaching individual como el coaching de equipos son herramientas valiosas que, bien aplicadas, pueden generar transformaciones profundas en personas, equipos y organizaciones. Elegir entre uno u otro no es una cuestión de jerarquía, sino de necesidad y contexto.
Cuando el desafío es interno, personal, relacionado con el liderazgo, la autogestión o la claridad de objetivos individuales, el coaching uno a uno es ideal. Por el contrario, si lo que se necesita es mejorar la comunicación, la colaboración o la alineación dentro de un grupo, el coaching de equipos será mucho más efectivo.
En muchos casos, la combinación de ambos enfoques es lo que marca la diferencia, ya que permite intervenir tanto en lo individual como en lo colectivo. Porque al final, no hay equipos extraordinarios sin personas conscientes, ni líderes potentes sin un entorno que potencie lo mejor de cada uno.
Saber cuándo y cómo utilizar cada tipo de coaching no solo mejora resultados: transforma culturas.
¡Feliz miércoles!