Comunicación asertiva: Cómo expresar tus ideas de manera clara y respetuosa en el trabajo

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“La asertividad no es la habilidad de decir no, sino la habilidad de decir sí a tus propias prioridades.”

Anónimo

La comunicación asertiva es clave para un entorno laboral saludable y efectivo. Ser asertivo significa expresar tus pensamientos, opiniones y necesidades de manera clara y directa, respetando tanto tus propios derechos como los de los demás.

Este estilo de comunicación permite que las personas sean honestas sin ser agresivas ni pasivas, lo que puede prevenir conflictos y mejorar las relaciones laborales.

Para ser asertivo en el trabajo, es importante usar un lenguaje claro y específico, evitando rodeos o suposiciones. Emplear frases en primera persona como «yo siento» o «me gustaría» puede hacer que tus puntos de vista se presenten de una manera más personal y menos amenazante.

Además, el lenguaje corporal y el tono de voz desempeñan un papel crucial; mantener contacto visual, tener una postura abierta y usar un tono calmado refuerzan la confianza y credibilidad.

Consejos para Practicar la Comunicación Asertiva

Escucha activamente: Antes de responder, escucha y muestra interés en la perspectiva de la otra persona.

La base de la comunicación asertiva es la escucha activa. Esto implica prestar atención genuina a la otra persona, sin interrumpir ni pensar en qué vas a responder mientras ellos hablan.

La escucha activa también incluye reconocer los sentimientos o preocupaciones de la otra persona, lo cual se puede hacer con asentimientos, contacto visual y, ocasionalmente, recapitulando lo que han dicho para mostrar que los comprendes.

Ejemplo: Si alguien comparte una inquietud sobre un proyecto, podrías responder: «Entiendo que te preocupa el plazo de entrega y cómo impacta en la calidad del trabajo. Veamos cómo podemos ajustarlo.»

Sé específico: En lugar de generalizar, explica con claridad y precisión tus ideas o preocupaciones.

Ser asertivo significa expresar claramente tus ideas o necesidades, sin rodeos ni ambigüedades. Cuando eres específico, dejas menos espacio para malinterpretaciones, lo cual facilita que los demás comprendan tus puntos de vista o peticiones.

Evita frases vagas y palabras como «siempre» o «nunca», que tienden a hacer que la otra persona se sienta a la defensiva.

Ejemplo: En lugar de decir, «No me gusta cómo llevas el proyecto,» prueba algo más claro, como: «Creo que podríamos mejorar la organización del proyecto dividiéndolo en tareas más pequeñas.»

Controla el tono: Un tono calmado y seguro transmite confianza y reduce la posibilidad de malentendidos.

Tu tono de voz es clave para que tu mensaje se reciba de forma positiva. Hablar con calma, en un tono bajo pero firme, transmite confianza sin parecer agresivo. La asertividad consiste en encontrar un balance entre ser firme y mantener la calma, lo cual ayuda a reducir posibles conflictos.

Ejemplo: Si necesitas pedir a un compañero que cumpla con una fecha límite, un tono calmado y directo como, «Quería recordarte que la fecha de entrega es el viernes; si necesitas ayuda, podemos ver cómo dividir las tareas,» resulta más efectivo que un tono agresivo o de reproche.

Acepta los desacuerdos: Es natural tener puntos de vista diferentes; aborda estos desacuerdos con respeto y busca soluciones en conjunto.

La comunicación asertiva implica aceptar que no siempre habrá acuerdo, y eso está bien. Es normal que surjan desacuerdos, pero en lugar de tratar de ganar o convencer, la asertividad consiste en dialogar de manera abierta y respetuosa.

Aceptar y gestionar los desacuerdos te permite buscar soluciones en conjunto, incluso cuando los puntos de vista no coinciden.

Ejemplo: Si otro departamento tiene una opinión distinta sobre la dirección de un proyecto, podrías decir: «Veo que estamos mirando esto desde diferentes ángulos. Me gustaría entender más a fondo tu perspectiva para ver si encontramos puntos en común.»

Terminando…

Otras recomendaciones adicionales a las anteriores, que son también importantes son:

  • Practica la autoconfianza: Antes de comunicarte, ten claro lo que quieres decir y por qué. Estar seguro de tu posición te ayudará a mantener un tono y lenguaje positivo y sereno.
  • Da y pide retroalimentación: Cuando ofrezcas tus opiniones, invita a los demás a compartir las suyas también. Esto fomenta un ambiente colaborativo.
  • Respira y mantén la calma: En momentos de tensión, hacer una pausa para respirar puede ayudarte a responder con más asertividad y menos reactividad.

Estos consejos son herramientas prácticas para aplicar la comunicación asertiva en tu día a día laboral. La práctica constante fortalecerá tus habilidades y contribuirá a crear un entorno donde la comunicación sea clara, respetuosa y productiva para todos.

Aprender y aplicar la comunicación asertiva es un proceso que permite construir relaciones más sólidas y armoniosas, así como reducir tensiones. Es una inversión en bienestar personal y en la calidad de nuestras relaciones en todos los aspectos de la vida.

La comunicación asertiva fomenta un clima laboral de respeto y apertura, donde los empleados se sienten valorados y libres para contribuir al diálogo sin miedo a ser juzgados o incomprendidos. Practicar esta habilidad puede tener un impacto positivo en tu bienestar profesional, ayudándote a expresar tus ideas y resolver conflictos con mayor eficacia.

¡Feliz miércoles!

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