“No hay nada peor que quien espera algo y no encuentra nada.”

Película: Tengo ganas de ti.

Algo que me ha pasado durante mucho tiempo, es pensar que los demás actuarían como yo lo haría en ciertas situaciones, y he acabado llevándome muchas decepciones, tanto en lo personal como en lo profesional.

Desde hace ya tiempo intento ante cualquier relación, situación, profesional, a gestionar las expectativas, tanto las de los demás, como la mía. Y he aprendido a gestionar estas expectativas con mucho esfuerzo.

No obstante, por mucho que haya aprendido a hacerlo, cuando bajas barreras y no lo haces, me sigue pasando que acabo llevándome esas decepciones de nuevo, y enfados y me llevan a no saber gestionarme en estas situaciones, siendo muy impulsiva, aunque es algo que sigo también trabajando.

Últimamente estoy en una de estas situaciones, y he aprovechado a volver a tener estos auto ejercicios de aprendizaje, volver a leer sobre el tema, etc. Y es por ello que he querido trasladarlo al post que estáis leyendo hoy.

¿Qué entendemos por gestión de expectativas?

La gestión de expectativas es un proceso fundamental en diversos ámbitos, incluyendo los negocios, la psicología, las relaciones personales y el servicio al cliente. Se refiere a la habilidad de comprender, influir y administrar las expectativas de las personas involucradas en una situación determinada para asegurar que sean realistas y alcanzables.

La gestión de expectativas es fundamental por varias razones importantes:

1. Evita la decepción: Cuando las expectativas no se alinean con la realidad, las personas pueden sentirse decepcionadas, frustradas o incluso engañadas. La gestión adecuada de las expectativas ayuda a minimizar este riesgo al establecer desde el principio lo que es realista y alcanzable. Y es la emoción en la que yo más caigo en estos casos.
2. Claridad y transparencia: Ayuda a establecer una comunicación clara y transparente entre todas las partes involucradas en una situación. Esto reduce la confusión y malentendidos, creando un ambiente de confianza y colaboración.
3. Fomenta la confianza y la credibilidad: Cuando las personas saben qué esperar y confían en que se les está proporcionando una imagen honesta de la situación, se fortalece la confianza y la credibilidad en las relaciones personales y profesionales.
4. Mejora la comunicación: La gestión de expectativas fomenta una comunicación clara y abierta entre todas las partes involucradas. Esto ayuda a evitar malentendidos y conflictos, promoviendo relaciones más saludables y colaborativas.
5. Mejora de las relaciones: La gestión efectiva de las expectativas fortalece las relaciones interpersonales y profesionales al construir una base de confianza y entendimiento mutuo. Cuando las personas se sienten comprendidas y respetadas, es más probable que colaboren de manera efectiva y se apoyen mutuamente.
6. Prevención de conflictos: Cuando las expectativas son claras y realistas desde el principio, se reducen las posibilidades de conflicto en el futuro. Las personas saben qué esperar y están menos propensas a sentirse decepcionadas o frustradas.
7. Facilita la toma de decisiones: Cuando las expectativas están bien gestionadas, las personas pueden tomar decisiones más informadas y realistas. Esto es especialmente importante en entornos comerciales donde las decisiones basadas en expectativas poco realistas pueden llevar a resultados negativos.
8. Aumenta la satisfacción del cliente y la retención: En el ámbito empresarial, una gestión efectiva de las expectativas contribuye a la satisfacción del cliente al garantizar que los productos o servicios entregados cumplan con lo prometido. Esto a su vez aumenta la probabilidad de retención de clientes y fomenta recomendaciones positivas.
9. Reduce el estrés y la ansiedad: Cuando las personas tienen expectativas realistas y bien gestionadas, son menos propensas a experimentar estrés y ansiedad relacionados con la incertidumbre o la decepción. Esto conduce a una mejor salud mental y bienestar general. Saber qué esperar y cómo lograrlo les brinda un sentido de control y confianza en sí mismos.

En resumen, la gestión de expectativas es importante porque fomenta la claridad, reduce conflictos, aumenta la eficiencia, fortalece las relaciones, reduce el estrés y mejora la satisfacción del cliente. Todos estos aspectos contribuyen al éxito tanto a nivel personal como profesional.

¿Cómo podemos gestionar las expectativas?

Gestionar las expectativas de manera efectiva implica una combinación de comunicación clara, establecimiento realista de objetivos y manejo de las percepciones de las partes interesadas. Aquí os dejo algunos pasos (y consejos) que puedes seguir para gestionar las expectativas de manera efectiva:

1. Comunicación abierta y transparente: Es fundamental establecer una comunicación clara y honesta desde el principio. Explora las expectativas de todas las partes involucradas y comunica claramente qué pueden esperar y qué no.
2. Establecer expectativas realistas: Es importante ser realista sobre lo que se puede lograr en una situación determinada. Evita prometer más de lo que puedes cumplir y asegúrate de que las expectativas sean alcanzables.
3. Escuchar activamente: Presta atención a las preocupaciones y expectativas de las personas involucradas. La escucha activa te permite comprender mejor sus necesidades y trabajar para satisfacerlas de manera efectiva.
4. Clarificar roles y responsabilidades: Asegúrate de que todas las partes involucradas comprendan claramente sus roles y responsabilidades en el proceso. Esto ayuda a evitar malentendidos y conflictos más adelante.
5. Establecer metas e hitos claros: Define metas específicas y establece hitos para medir el progreso. Esto proporciona una estructura clara para trabajar hacia los objetivos acordados y permite realizar ajustes según sea necesario.
6. Educación y gestión de expectativas: Si es necesario, educa a las personas sobre lo que es posible y lo que no lo es en una determinada situación. Proporciona información y claridad para ayudar a alinear las expectativas con la realidad.
7. Ser proactivo en la comunicación: No esperes a que surjan problemas para comunicarte. Mantén a todas las partes informadas sobre el progreso, los desafíos y cualquier cambio en la situación.
8. Manejar la decepción de manera empática: A pesar de tus mejores esfuerzos, es posible que las expectativas no se cumplan completamente. En tales casos, muestra empatía y trabaja con las partes interesadas para encontrar soluciones alternativas o manejar las expectativas de manera adecuada.
9. Evaluar y ajustar: Periodicamente, revisa y evalúa el progreso hacia los objetivos establecidos. Si es necesario, ajusta las expectativas y el enfoque para asegurarte de que estén alineadas con la realidad.
10. Ser consistente y confiable: Mantén tus compromisos y demuestra consistencia en tu comportamiento y acciones. Esto ayuda a construir confianza y credibilidad con las partes interesadas.

Al seguir estos pasos y practicar una comunicación clara y abierta, puedes gestionar las expectativas de manera efectiva en diversas situaciones y contextos.

Terminando…

Existen técnicas, herramientas, dinámicas, llámalo x, para la gestión de expectativas. ¿Conocéis algunas? Yo tengo varias      en las que en mi vida profesional sobre todo he puesto en marcha y he usado, si os interesa, dejarme en comentarios y haré posts sobre ellas.

Lo que os cuento anterior, son unos pasos muy genéricos, pero si queréis algo más específico, ya sabéis.

¡Feliz miércoles!