“Quien sabe de dolor, todo lo sabe”
Dante
Hoy quiero hablaros de un libro que me recomendó mi entrenador en una de mis etapas de más dolor, y es “Explicando el dolor” de David Butler y Lorimer Moseley
David y Lorimer llevan décadas investigando e innovando en cuanto a los mecanismos que provocan y perpetúan el dolor. En numerosos estudios se ha demostrado que los pacientes con dolor crónico se benefician de conocer por qué se produce dolor crónico y qué mecanismos influyen y modulan la percepción del dolor.
Todo dolor es real, y para mucha gente es un aspecto que dificulta vida diaria. Actualmente se sabe que conocer más acerca de por qué las cosas duelen puede ayudar realmente ayudar a la gente a superar su dolor y este fue uno de los motivos por el que me lo recomendó. “Explicando el Dolor” muestra cómo las respuestas del dolor son producidas por el cerebro.
Sobre el libro…
Los autores insisten en presentar el dolor como un proceso natural y necesario, y que no tiene por qué ser maligno o negativo. El dolor es una señal que tu cerebro interpreta con la información que recibe de los receptores, y que tiene la misión de alertarte para evitar un peligro o sufrimiento. No tiene por qué relacionarse con la magnitud del tejido lesionado.
Para ello pone ejemplos de pequeñas heridas que duelen mucho (como un pequeño corte en un dedo con una hoja de papel) y lo contrapone a casos reales de lesiones grandes que cursan con poco o ningún dolor (soldados que sufren lesiones graves, pero no las notan porque tienen que huir de un peligro).
En el libro utilizan ilustraciones, humor, historias y metáforas para presentarle al lector, a través de un lenguaje coloquial, claro y sencillo, los conocimientos más actuales en el campo de la neurociencia y la neurofisiología del dolor. Todo ello sin perder nunca el rigor científico.
Posteriormente los autores cuentan cómo diversos factores pueden exagerar la respuesta del sistema nervioso central frente a un estímulo, haciéndolo parecer más doloroso de lo que debiera. Son las situaciones de sensibilización. Es decir, se percibe mucho más dolor, que no se relaciona con el daño existente en los tejidos, que puede no ser grave.
Después explica cómo los pensamientos y creencias influyen en la modulación del dolor. Pensar que el dolor indica una lesión grave, o que tienes que renunciar a actividades que te gustan hasta que se pase, o bien atiborrarte de pastillas, o creer que moverte o hacer ejercicio puede ponerte peor… Todas estas situaciones alteran al sistema nervioso, lo cual es un estímulo real que ayuda a perpetuar el dolor.
El libro se divide en 6 secciones. En la primera, se enmarca el dolor en el contexto del siglo XXI: el concepto clave de dolor como amenaza que percibe el cerebro y como respuesta. La segunda sección se centra en la detección y transmisión del mensaje y se discute el papel del dolor como mecanismo de protección de nuestro cuerpo. La tercera sección describe lo que ocurre en los tejidos cuando son dañados. La cuarta sección se focaliza en el papel del sistema nervioso central en la producción y la perpetuación del dolor. En la quinta sección, se describe la situación a la que se van abocados los pacientes con dolor crónico, que no entienden el porqué de su dolor.
La sexta y última sección ofrece herramientas para el manejo del paciente con dolor. La educación y comprensión del dolor.
Terminando…
Comprender que el dolor es una parte de la vida es importante. Pero es todavía más importante comprender que no hay por qué rendirse y resignarse, sino que se puede tomar una actitud que ayude a mejorar el control sobre el dolor.
Para terminar, el libro incluye una pequeña parte de ejemplos prácticos de cómo hacer un programa de tratamiento que ayude a usar toda esta información para ir poco a poco superando el dolor.
Espero que con este pequeño texto haga que tengas más ganas de leer este libro, sin duda desde primera persona, entender por qué te duele ayuda a pasarlo de manera más tranquila y, sobre todo, tener en cuenta que nuestros pensamientos y creencias pueden hacer que estos dolores sean más fuertes o no, por eso os animo a que cada día tengáis pensamientos más positivos, probad y me contáis.
¡Feliz miércoles!