Los cuatro acuerdos para acercarte a la felicidad y bienestar (1/2)

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«No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo decides. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento».

Miguel Ruiz

Hoy quería dejaros mis reflexiones de un libro que he leído recientemente. Los cuatro acuerdos de Dr. Miguel Ruiz.

A mi personalmente me ha ayudado a darme cuenta de muchas cosas, y liberarme así de muchas de ellas, quitándome un peso de encima (por decirlo de alguna manera), y acercarme más a lo que en mi día a día considero ser feliz.

Por supuesto, hay muchas otras más arraigadas que necesitan de mucho más trabajo, no obstante, las intento tener siempre presente.

Los cuatro acuerdos, nos ayuda a recuperar algo que ya es nuestro, pero por el motivo que sea, o no lo sabemos o no tenemos el control… Y es nuestro poder personal en este momento de la vida.

Con independencia de circunstancias externas, que nos determinan pero no nos condicionan, entender y practicar los acuerdos de los que nos habla Miguel Ruiz hace que podamos recuperar ese poder.

Os recomiendo que lo leáis, es muy interesante, muy lógico y ayuda mucho sobre todo a ver las cosas desde otro punto de vista.

El libro trata sobre el conocimiento esotérico tolteca conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de naguales (maestros). Miguel Ruiz es un chamán de la tribu Tolteca (México).

Todo en nuestro día a día es un acuerdo. Tú no escogiste tu lengua, ni tu religión ni tus valores morales: ya estaban ahí antes de que nacieras. Nunca tuvimos la oportunidad de elegir qué creer y qué no creer. Nunca escogimos ni el más insignificante de estos acuerdos. Ni siquiera elegimos nuestro propio nombre.

Al parecer, los Toltecas no tenían tantas leyes como nosotros, solamente regían su vida con cuatro leyes o acuerdos porque eran cuatro ideas en las que estaban de acuerdo (ese es el significado de los cuatro acuerdos muy muy simplificado)

Después de esto, yo voy a escribir sobre lo que más me ha llamado la atención y me parece relevante para también llamar vuestra atención y animaros a escribir.

Algunos conceptos previos

A continuación os voy a hablar de algunos conceptos que pienso que son relevantes para saber de donde parte esto.

Domesticación

Las personas vamos teniendo desde pequeñitos un proceso de domesticación (nos van diciendo cosas y nos las vamos creyendo). Percibimos lo que nos enseñan a percibir. Incorporamos acuerdos incluso sin estar de acuerdo con ellos y sin cuestionárnoslos (nos los creímos y empezamos a estar de acuerdo).

Desde que somos niños nos domestican, nos enseñan y aprendemos por un sistema de premios y de castigos (si un niño se come toda la comida se le aplaude y tiene postre y sino se le quita el postre y a la cama a dormir, p.e.). Realmente no sabemos si es bueno o no, simplemente lo hemos aprendido, pero como funcionó estamos de acuerdo con ello.

Desde el momento mismo de nacer, interpretamos la realidad mediante acuerdos, y así, acordamos con el mundo adulto lo que es una mesa y lo que es un vestido.

Qué creer y qué no, qué es bueno y qué no, qué es aceptable y qué no, qué es feo y qué bonito, qué es lo correcto y qué no, son simplemente acuerdos, son cosas que hemos ido creyendo desde pequeños.

Somos “niños/as” cuando hacíamos lo que nos decían que hiciéramos. Haciendo lo que se espera buscamos atención, recompensa, ser lo que los demás esperan, complacer, evitar ser rechazados… Integrarnos, que nos acepten.

En épocas nos revelamos, pero la domesticación es tal, que luego nos sentimos culpables si no seguimos el sistema de creencias.

Algunas frases que a mi me han parecido interesantes y me han calado de esta parte:

  • “Debido al miedo a ser castigados y a no recibir la recompensa, empezamos a fingir que éramos lo que no éramos, con el único fin de complacer a los demás, de ser lo bastante buenos para otras personas”.
  • “En el proceso de domesticación perdimos todas nuestras tendencias naturales”.
  • Nuestro sistema de creencias es como el libro de la Ley que gobierna nuestra mente (ahora más adelante explico esto).
  • “El 95% de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente no son más que mentiras y si sufrimos son porque creemos en todas ellas”.
  • “Hemos aprendido a vivir intentando satisfacer las exigencias de otras personas”.
  • “No somos lo bastante buenos para nosotros mismos porque no encajamos en nuestra propia imagen de perfección”.
  • “Los seres humanos nos castigamos a nosotros mismos sin cesar por no ser como creemos que deberíamos ser”

Y como esas… Muchas más, pero lo voy a dejar aquí, sino me extiendo demasiado, ¿que piensas de este periodo de domesticación?

El libro de la ley, el Juez y la Víctima

Esto, de alguna manera, es el sinónimo al hablar de creencias. Miguel Ruiz nos comenta que tenemos:

Un Libro de la Ley que es donde metemos todo lo que hemos ido aprendido durante el proceso de domesticación. Lo que está bien, lo que está mal, lo que nos ayuda, lo que nos perjudica… Ese sistema de creencias va a una parte inconsciente que Miguel le llama el libro de la ley. Y tener este libro hace que nos sintamos seguros.

También tenemos un Juez interior que hace que cuando nos saltamos ese libro de la ley, cuando no hemos actuado según lo que hemos creído que era lo correcto, nos sintamos culpables.

Y nos sentimos como Víctimas porque ese Juez interior hace que carguemos con la carga, la culpa, el reproche, la vergüenza. Pero son cosas que hemos ido ligando con el tiempo. La víctima es esa parte en cada persona que sufre las exigencias de su propio juez interior. Sufrimos, nos arrepentimos, nos culpabilizamos, nos castigamos por la misma causa una y otra vez, cada vez que el recuerdo nos pasa factura.

«El problema es que como no somos perfectos nos rechazamos a nosotros mismos. Y el grado de rechazo depende de lo efectivas que han sido las personas adultas para romper nuestra integridad», según M.R.

Si el libro de la ley que gobierna nuestra vida (nuestra moral, nuestra lógica, nuestro «sentido común») no cumple sus objetivos, que en su base fundamental consistiría en hacernos seres humanos felices y en armonía, es porque evidentemente éste no funciona. Y como no funciona hay que cambiarlo. Y ello lo hacemos revisando nuestros acuerdos (nuestra interpretación incuestionable, nuestro sistema de valores), desenmascarando los que no valen y sustituyéndolos por otros

Los cuatro acuerdos

Los toltecas parten de una premisa de que cuando nos saltamos alguno de estos acuerdos es cuando empezamos a sufrir o cuando empezamos a sentirnos mal.

Cuando uno se encuentra mal, p.e. como un inútil o no me estoy sintiendo bien, uno de estas cuatro acuerdos no estoy cumpliendo. Como hay tantísimas creencias aparentemente a cambiar o transformar, nos puede resultar sencillo empezar por cuestionarnos, que no es necesariamente cambiarlo.

Ahora si… Una vez sabemos lo anterior, y hemos hecho una pequeña introducción, comenzamos con los acuerdos que nos propone la filosofía tolteca:

1. Sé impecable con tus palabras:

Cuando estamos diciendo cosas que no queremos decir, p.e. desde pequeño “Da las gracias”, “si te ofrecen algo di que no”, “vete con tal”, ¿para qué? Para ser unos niños/as buenos.

En cuanto digo algo que no quiero decir no estoy cumpliendo este acuerdo. También cuando mentimos, y la mayoría de las veces se miente para no quedar mal, para no ser rechazados, porque a ver qué van a pensar los demás. Cuando mentimos, nos estamos saltando este acuerdo.

Y cuando criticamos, la crítica o el juicio, ya sea a nosotros mismos o a los demás.

¿Alguna vez habéis mentido? ¿En alguna ocasión os habéis autocriticado? ¿En alguna ocasión habéis criticado?

Esto nos pasa todo el rato, son hábitos que tenemos muy adquiridos porque como no nos permitimos, vamos tapando toda la historia.

Habla con integridad. Di sólo lo que quieres decir. Evita el uso de la palabra para hablar en contra de ti mismo o de chismes sobre los demás. Usa el poder de tu palabra en la dirección de la verdad y el amor.

Algunas frases de esta parte, que como dije antes, me han calado y me han gustado mucho:

  • “Según cómo las utilices, las palabras te liberarán o te esclavizarán”.
  • “Una sola palabra, te puede cambiar la vida, o destruir a millones de personas”.
  • “Las palabras captan nuestra atención, entran en nuestra mente y cambian para bien o para mal nuestras creencias”.
  • “Vas contra ti cuando te juzgas y te culpas por cualquier cosa”.
  • “El mayor pecado que cometes es rechazarte a ti mismo”.
  • “Siempre que escuchamos una opinión y la creemos, llegamos a un acuerdo que pasa a formar parte de nuestro sistema de creencias”.
  • “Tu opinión no es más que tu punto de vista y no tiene por qué ser necesariamente verdad. Tu opinión proviene de tus creencias”.
  • “Cuando eres impecable con tus palabras, te sientes bien, eres feliz y estás en paz”.

¿Qué te parece este primer acuerdo? ¿Lo ves fácil llevarlo a cabo?

Terminando…

De momento dejo aquí el post, no lo voy a alagar más. La semana que viene publico la segunda parte, el resto de los acuerdos, de momento, id pensando en esto que os he contado hoy y reflexionar, y si queréis compartirlo por aquí bienvenido sea =).

¡Feliz semana!

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