Tus rasgos faciales indican tu personalidad ¿lo sabías?

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 “No hay ningún ser sin cuerpo, que el cuerpo expresa pues nuestra vitalidad, que el cuerpo se acuerda de todo, que retiene las huellas del pasado y a veces las promesas del porvenir.”

-Julián Gabarre-

Hace ya unos meses escribí un post sobre morfopsicología (te dejo aquí el link). En él ya os contaba que la morfopsicología es el método de análisis de los rasgos de la personalidad de un sujeto a través de la observación de su rostro.

La morfopsicología es la ciencia que estudia el carácter a través de la observación del rostro.

Pese a no ser una ciencia muy extendida, hecho incompresible dada su gran utilidad para conocer a otras personas y a nosotros mismos, sí que hay algún ejemplo interesante dentro de la cultura popular.

Ejemplo de uso de la morfopsicología son por ejemplo la policía que utiliza psicólogos especializados en la morfología del rostro para saber si un delincuente tiene tendencia mentir o no, si tiene impulsos violentos, etc. O en el ámbito empresarial, para seleccionar personal cualificado con un determinado temperamento.

Se dice popularmente que el rostro es el espejo del alma. No cabe duda de que esa frase es muy acertada. Los sabios de la antigüedad lo dedujeron con muchos menos medios que los actuales. Actualmente, la propia ciencia ha sido capaz de desvelar qué escondemos bajo la mirada, la sonrisa o la lágrima.

Tres zonas de estudio del rostro

La morfopsicología estudia tres zonas concretas del rostro en las que se obtiene la información. Para ello, las diferencian en tres “cerebros”, que son el reptil o instintivo, el emocional y el moderno:

  • La zona baja del rostro sería el cerebro reptil. Aquí se ubican la boca, el mentón y la mandíbula. En él se pueden comprobar los instintos primarios del sujeto y su afán por realizarse, puesto que está vinculado al sistema nervioso endocrino. Es el área de los instintos primarios esenciales (sexualidad, comida, fuerza, supervivencia, etc). Una persona en la que prevalece esta zona es una persona interesada en satisfacer las necesidades más básicas, aunque también muestra la tendencia de la persona para realizar y actualizar los pensamientos o sentimientos, es decir, la voluntad y control para ejecutar los ideales.
  • En la zona media encontramos los pómulos, ojos y la nariz. Se corresponde con el sistema límbico y vegetativo, donde se encuentran las emociones, por lo que está relacionada con los afectos. Por lo tanto, dependiendo de la extensión, la profundidad, la proyección, la forma de la nariz y los pómulos, esta zona nos habla de la capacidad del individuo para manifestar sus sentimientos, para controlar sus emociones y para dar y recibir amor. Una persona en la que predomina esta sección nos habla de una persona que vive la vida de manera muy emocional (positiva o negativamente dependiendo de otros signos y rasgos).
  • La zona superior es la frente, en la que encontramos la caja craniana, y confiere todo tipo de información sobre la mentalidad y procesos de pensamiento del individuo. Esta zona comprende la frente y las sienes y nos proporciona información sobre la vida mental y espiritual del individuo. El hecho de que en una persona predomine esta sección, no implica que sea necesariamente muy inteligente. Implica, simplemente, que se decanta por una visión muy mental de la vida. Por ejemplo, una mente ancha y extremadamente alargada implica dispersión (divagar) y poca capacidad para llevar a cabo los objetivos. En cambio, una mente ancha pero no muy alta señala una mayor capacidad para concretar lo esencial.

En definitiva, son tres zonas que representan a las funciones digestivas, respiratorias y mentales, por lo que entroncan con las inteligencias concretas, relacionales y abstractas.

Es decir, la morfopsicología es el estudio de la cara, reflejo del alma, pues a través de nuestro rostro mostramos la alegría, la necesidad, la ilusión o la tristeza. Dibujamos cada emoción sin tener conciencia de ello, por lo que podemos considerar al rostro como el lienzo sobre el que pintamos a nuestra personalidad emocional.

El marco del rostro y la personalidad

El marco del rostro se refiere a la estructura ósea, es decir, a la anchura, altura y profundidad del conjunto de la cara. En seguida hablaremos del principio básicos de la morfopsicología (dilatación-retracción), pero, en líneas generales, podemos señalar que:

Marco ancho (cara grande y ancha)

Un marco ancho nos habla de gran cantidad de energía disponible. Esto significa que, dentro del individuo, existe un gran patrimonio energético heredado que impulsa su fuerza interior hacia el exterior con gran necesidad de compartir y de abrirse. Esta clase de individuos también poseen una gran demanda energética, es decir, tienen muchas necesidades y no es fácil complacerlas. En general, anchura significa cantidad.

Marco estrecho (cara delgada y estrecha)

Un marco estrecho está relacionado con una vitalidad menor y una mayor capacidad de reserva y selección. Es decir, las personas con un marco estrecho son personas que disponen de menores recursos energéticos y tienden al cansancio. Estas personas son selectivas con la finalidad de ahorrar sus escasos recursos vitales. La estrechez facial está relacionada con la selectividad.

Ley de la dilatación-retracción

El Dr. Claude Sigaud habló por primera vez de la ley de dilatación-retracción, según la cual, las personas anchas, gruesas o “dilatadas” son hiposensibles, es decir, tienen una menor capacidad de defensa y tienden a absorber todos los elementos del medio sin seleccionar (incluso los dañinos). En cambio, los delgados, estrechos o“retraídos” son hipersensibles y tienen una mayor capacidad de defensa que les lleva a hacer una profunda selección del medio que les rodea (lo que les lleva a contraer menos enfermedades).

Dilatación

Gran fuerza de expansión que conlleva un gran gasto de energía y facilita la relación del cuerpo con el medio

Retracción

Gran fuerza de conservación que conlleva un considerable ahorro de energía y permite la supervivencia como defensa contra el medio

Personas dilatadas y personas retraídas

Aunque es difícil encontrar personas dilatadas o retraídas “puras” (ya que la mayoría somos un compendio de rasgos mixtos que se equilibran y complementan), vamos a ver los factores generales para poder hacernos una idea relativa de lo que significan unos rasgos determinados en una cara determinada.

PERSONAS DILATADAS

Un bebé de pocos meses representa a la perfección lo que significa la dilatación (absorbe todo, tanto a nivel físico como emocional, sin elegir). Morfológicamente, la dilatación muestra:

Signos físicos

Formas redondeadas en el rostro, gran amplitud ósea (anchura), ojos carnosos y abiertos, saltones. Nariz ancha, respingona y abierta, vibrante. Boca grande con labios carnosos.

Personalidad 

Las personas con rasgos dilatados o tendencia en el rostro a la dilatación poseen grandes fuerzas de expansión que les llevan a absorberlo todo sin seleccionar. Son personas abiertas, absorbentes, que requieren y dan mucha energía (gran intercambio con el mundo exterior), apasionadas y poco sensibles con poco autocontrol. No obstante, hay personas dilatadas con rasgos retraídos que les permiten compensar las fuerzas de expansión con las de conservación, por lo que son personas con una gran vitalidad. Normalmente las personas dilatadas tienen una gran apertura y viven en un mundo objetivo y concreto, con falta de control sobre sí mismas.

PERSONAS RETRAÍDAS

El final de la vida suele mostrar signos de retracción (cuando ya se ha dado todo y queda poco que retener), aunque eso no quiere decir que los rasgos de retracción se muestren a cualquier edad, como síntoma de cierto tipo de personalidad:

Signos físicos

La retracción muestra formas aplanadas o picudas, ojos hundidos o pequeños, nariz alargada, rostro delgado, boca pequeña con labios apretados, pómulos hundidos, etc.

Personalidad 

Las personas retraídas son auténticos hipersensibles y todo los del medio les afecta, por lo que han desarrollado un buen sistema para defenderse y economizar recursos. Las personas retraídas con rasgos muy dilatados (pocas fuerzas de conservación y pocas energías) están sometidos a gran peligro. No obstante, una persona retraída con unos equilibrados rasgos de retracción (sienes planas, rostro delgado pero concentrado, ojos firmes y vibrantes con cejas pobladas y cercanas a los ojos, etc., pueden gestionar muy bien sus reservas energéticas. Normalmente las personas retraídas tienen un buen control de sí mismos y tienden a ver el lado subjetivo y abstracto de la vida.

Ley de la tonicidad-atonía

Esta es otra de las leyes fundamentales a tener en cuenta a la hora de valorar un rostro, ya que tiene que ver con el sistema nervioso y nos informa sobre la capacidad del individuo para actuar o recibir; para tener una actitud activa o pasiva ante la vida.

Tonicidad

Los rasgos o zonas tónicas son aquellas que muestran una musculatura tensa y activa (los músculos están activados y firmes). La expresión es viva, interrogante, activa. En general, todo lo que sube hacia arriba es tónico (comisuras de la boca, ojos, cejas, etc). También está relacionado con la tonicidad la concentración (es decir, todo aquello que sea demasiado alto, es átono; todo aquello que esté concentrado, es tónico). También las líneas rectas y cuadradas nos hablan de tonicidad. La tonicidad es sinónimo de una actitud activa ante la vida, de las ganas de superación y reafirmación, claridad, precisión, del dominio mental y de la capacidad para llevar a la realidad las ideas u objetivos.

Atonía

Los rasgos o zonas átonas muestran grasas o debilidad muscular, con sensación de caer hacia abajo (comisuras, labios abiertos o poco apretados, cejas abiertas y poco pobladas, párpados caídos, pómulos flojos, etc). La piel tiene un color pálido y el tono muscular está carente de vida, de actividad y autonomía. La atonía está relacionada con la introversión, la pasividad y falta de fuerza de voluntad. Suelen ser personas que se dejan llevar fácilmente, influenciables, dispersas. La información llega sin ser procesada y sin ser tenida en cuenta. Una persona átona suele tener una actitud derrotista, desplomada, corvada y colgante que no se siente capaz de llevar a cabo sus ideas abstractas.

Hay que señalar que, en realidad, lo mejor es disponer de un equilibrio moderado entre todas las fuerzas. Una persona excesivamente tónica puede caer en la cerrazón y la agresividad, en la manipulación y en el exceso de rendimiento, mientras que una que muestra elementos equilibrantes tiene una mejor adaptación general al medio. Ciertos rasgos de atonía muestran una tendencia a la creatividad, la imaginación y una cierta pasividad que de paso a la intuición y la espiritualidad.

La simetría y la personalidad

Casi todos los rostros muestran cierta asimetría entre el lado izquierdo y el derecho. Como sabréis, cada hemisferio de la cara se ocupa de distintas labores (el derecho de las emociones y el izquierdo de lo verbal y racional). En este punto hemos de recordar que el hemisferio izquierdo del cerebro controla el lado derecho de la cara y que el lado derecho controla el izquierdo. Por lo tanto, ante cualquier anomalía o diferenciación habremos de tener en cuenta estos factores.

Lado izquierdo y lado derecho

Por lo general, el lado izquierdo está relacionado con el pasado y con nuestra vida sentimental y el derecho con el futuro y con las relaciones profesionales y sociales. De esta forma, si por ejemplo tenemos el lado izquierdo del rostro más retraído, significa que las experiencias de la infancia nos han obligado a protegernos (sobre todo si produce en la zona afectiva). Si, por ejemplo, el lado derecho es tónico nos indica que, a pesar de los problemas de la infancia, hemos encontrado un correcto desarrollo y ejecución en el presente que se proyecta hacia el futuro.

Cantidad de asimetría

La ausencia total de asimetría es señal de inmovilismo. es decir, las personas absolutamente simétricas muestran una tendencia a la falta de movimiento y a una pobre percepción del mundo. Una ligera asimetría en ambos lados es señal de diferenciación, de percepción, de asimilación en las experiencias vividas. En cambio, una asimetría muy evidente o fuerte es señal de dualidad interior y de gran complejidad.

Terminando…

Hasta existe una serie norteamericana, que gozó de cierto éxito en nuestro país: “Miénteme” (“Lie to me”). Fue protagonizada por el actor norteamericano Tim Roth y se centraba en un grupo de investigación criminal. Este peculiar departamento tenía el cometido de resolver los casos en los que determinar si dentro de los testimonios, del culpable o de los testigos, había verdades o mentiras.

Gracias a las reacciones de los interrogados, podían saber si una persona mentía o decía la verdad. Lo curioso del caso es que el acusado hacía ciertas muecas con su rostro que para el equipo de investigación guardaban una correspondencia con la verdad o la mentira. Además, solían poner fotos de personajes conocidos realizando gestos parecidos mientras contaban un hecho o una interpretación de los mismos que luego había demostrado ser mentira.

Es evidente que la morfopsicología es una ciencia de gran utilidad, pues supone un excelente medio para conocer las motivaciones, personalidad o necesidades del individuo, incluidos nosotros mismos.

¡Feliz miércoles!

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