Hablemos de creencias…

0
(0)

“Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.”

Gandhi

Empecemos por definir lo que es una creencia:

Es un estado psíquico subjetivo donde la persona considera como “verdad” un elemento, que por lo general, tiene una ausencia de análisis clínico y argumentos de peso. Podríamos decir que es una idea considerada como verdadera por quién la posee, algo en lo que cree “a fe ciega” sin capacidad de contraste.

Al encontrarse en la parte inconsciente de la persona, una creencia es muy resistente a cualquier cambio y es ajena a la voluntad del individuo; de ahí que se diga “las ideas las tienes tú, pero tus creencias te tienen a ti”.

Es muy importante determinar desde el primer momento en que se habla de creencias, tener claro que no existen ideas verdaderas o falsas puesto que las que para mí hacen que saque mi mejor versión para ti pueden resultar limitantes o perjudiciales para tus progresos; en coaching lo fundamental es analizar junto con la persona si las creencias en las que se apoya le ayudan a conseguir lo que desea para mejorar o limitan las posibilidades de alcanzar su objetivo.

Muchas veces me ha pasado en mis sesiones de Coaching y también en mi vida personal que cuando digo “cambio de creencias” la gente se asusta. Quiero aclarar que cuando en Coaching hablamos de creencias no nos referimos a religión, no nos referimos a fe ni a creencias religiosas. Cuando decimos creencias queremos referirnos a esos pensamientos que guían nuestros actos y, en definitiva, nuestra vida.

¿Es posible cambiar nuestras creencias?

Afortunadamente sí y cuanto antes consigas hacerlo antes verás los beneficios que te produce.

  • Identifica aquellas creencias que consideres que te limitan en tu día a día o en la consecución de tu objetivo.
  • Comienza a ser consciente que son creencias y que por lo tanto no tienen que formar parte de la realidad. ¿Cómo sabes que son ciertas? Tal vez te lo enseñaron en tu infancia, pero, ¿sigues pensando lo mismo en tu edad adulta?
  • Intenta cambiar esa creencia en alguna que sea positiva. Por ejemplo “siempre he creído que mostrar mis sentimientos de tristeza es una debilidad” cámbialo por “mostrar mi tristeza ante alguien me hace ser humano, vulnerable … y eso me hace ser auténtico”.
  • Repite esta nueva creencia y llévala a la práctica para que veas los beneficios que te aporta. Sólo así conseguirás integrarla en ti.

En PNL (Programación neurolingüística) , los Coaches utilizamos numerosas técnicas de cambios de creencias con resultado fantásticos; si se te resiste alguna o no consigues identificarla, no dudes en pedir ayuda y verás lo mucho que consigues con ello.

Sigamos…

Las creencias, tanto limitadoras como potenciadoras, están habitualmente construidas sobre nuestras experiencias, y en cuanto retroalimentan nuestros valores, también son principios de acción por los que actuamos como si fueran verdades ciertas y demostradas.

Por ejemplo, si crees que eres una persona agradable, actuarás como tal, abordarás a la gente abiertamente, te mostrarás sociable y disfrutarás de la compañía de otras personas, que a su vez te acogerán con agrado, y eso reforzará tu creencia.

Debes gestionar y poder elegir tus creencias de forma sencilla, reforzando aquellas cuyos resultados te gustan; pero si no es así, deberás actuar de forma distinta y por supuesto cambiarlas. Es más correcto hablar de abandonar o superar creencias que de perderlas. Las reglas de nuestra vida las vemos como posesiones personales y nadie desea perderlas, máxime cuando hemos invertido tiempo y esfuerzo en construirlas.

El mundo tiene sentido y se hace predecible para nosotros cuando se confirma nuestra forma de interpretarlo. Incluso puede suceder que nos recreemos en el desastre, a condición de que lo hayamos predicho. Por ejemplo, «ya te lo dije» es una frase muy satisfactoria, no porque hayamos deseado que la cosa saliese mal, sino porque nuestras creencias quedan confirmadas.

Diferenciamos dos tipos de creencias o pensamientos: aquellas que te potencian y aquellas que te limitan.

Creencias potenciadoras

Entendemos como creencia potenciadora aquellas que nos invitan a avanzar, a progresar hacia lo que nosotros consideramos como bueno, aquellas que hacen que saquemos nuestra mejor versión tanto con nosotros mismos como en nuestra relación con los demás. Por ejemplo “puedo estar en desacuerdo con mi jefe y hacérselo saber”

Las creencias potenciadoras son programaciones mentales que se hallan en el subconsciente de cada persona y que tienen el poder de ayudar a la persona a cristalizar lo que desea conseguir en su vida. Pongamos un ejemplo sencillo.

Si tú recibiste una información de tus padres o mayores que te llevó a almacenar en ti una creencia de que fuiste un niño amado, valorado y te sentiste apoyado, esa información actúa para crear una realidad en base a ese amor que sientes por ti mismo. Esto se reflejará en cómo te tratas, cómo te cuidas y cómo cuidas a los demás. Esa información te lleva a crear creencias potenciadoras que te ayudan a vivir en equilibrio.

En cambio, si fuiste un niño castigado, despreciado y te sentías ninguneado o incomprendido, ese dolor almacenará creencias limitantes que muy posiblemente incidirán en la forma en que te relacionas contigo mismo y con el mundo.

Creencias limitadoras

Entendemos como creencia limitante aquél pensamiento negativo que consideramos como cierto, sin que realmente lo sea y que nos condiciona y nos influye en nuestro día. Por ejemplo “cuando estoy con mi jefe me pongo nervioso”.

Las creencias limitantes son una percepción de la realidad que nos impide crecer, desarrollarnos como personas o alcanzar todas esas cosas que nos hacen ilusión. Es algo que realmente no es cierto pero que como si lo es para nuestra mente y eso es lo que vale para nosotros, lo damos por bueno.

Puede ser algo con lo que hayamos convivido desde pequeños o que se haya incorporado en nuestra vida a través de alguna experiencia u opinión.

Si cambias tus creencias y tu actitud verás que cambiará todo a tu alrededor.

Si nosotros creemos que no podemos el cerebro ya nos predispone para eso. En el fondo también hay una gran parte de miedo por lo que puede pasar, aunque nosotros ya visualizamos el futuro, naturalmente desde la parte catastrófica y pensando en todo lo que nos va a ir mal en vez de todo lo que puede ir bien

Ejemplos de creencias

Veamos algunos ejemplos decreencias potenciadoras (ideas extraídas de libro Coaching con PNL, de Joseph O’Connor):

  • Si quieres comprender, actúa. El aprendizaje está en la acción. El cambio proviene de la acción, no de la comprensión intelectual.
  • No hay fracaso, tan sólo aprendizaje. El fracaso es sólo un juicio sobre los resultados a corto plazo. Que no hayas alcanzado el éxito sólo significa que todavía no lo has conseguido. Perseverar es esencial, no pudiendo decir que has fracasado, a menos que abandones. Esa elección es personal y te corresponde sólo a ti.
  • Tenemos todos los recursos que necesitamos, o podemos crearlos. No hay personas sin recursos, tan sólo hay estados mentales sin recursos. Nuestra sabiduría profunda está esperando ser descubierta.
  • Todo comportamiento tiene un propósito. Siempre nos estamos moviendo hacia alguna clase de objetivo, aunque no nos demos cuenta de ello. Márcate tus propios objetivos, no dejes que otros lo hagan por ti.
  • Tener alguna opción es mejor que no tener ninguna. Encuentra las opciones, que mejor se adapten a tus valores, y síguelas.
  • Creamos nuestra realidad. Las creencias, valores y estímulos que recibimos constituyen la materia prima de cómo percibimos el mundo. Está en nuestra mano girar el catalejo para ver las cosas desde otro punto de vista.
  • Tienes todas las respuestas. Las respuestas a tus preguntas deben salir de ti mismo.

Veamos también algunos ejemplos típicos decreencias limitadoras:

  • Esto es imposible.
  • Sin sufrimiento no hay beneficio.
  • No puedo fiarme de nadie.
  • No puedo lograr lo que deseo.
  • La mayoría de la gente tiene más suerte que yo.
  • Para ser feliz tengo que ganar mucho dinero.
  • Nunca consigo lo que me propongo.
  • No soy bueno en eso y nunca lo he sido.
  • Tengo que trabajar muy duro para ganarme la vida.
  • No hay forma de superar un mal comienzo en la vida.

Terminando…

Es un ejercicio que parecefácil al decirlo, pero es un gran esfuerzo poder cambiar las creencias. Te invito a que empieces a cambiar las creencias que te limitan por otras que te potencian.

Sobre todo, porque si sois papás, estas creencias van pasando de generación a generación

A mí personalmente, el coaching me ha ayudado algua creencia limitante, lo que me ha ayudado a disfrutar en ciertos aspectos de mi vida, por eso os animo…

¡Feliz miércoles!

 

¿Cómo de útil ha sido esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Puntuación media 0 / 5. Recuento de votos: 0

No hay votos hasta ahora! Sé el primero en calificar esta publicación.

Cómo encontraste de útil esta publicación...

¡Sígueme en las redes sociales!

¡Lamento que esta publicación no te haya sido útil!

¡Permíteme mejorar esta publicación!

¿Cuéntame cómo puedo mejorar esta publicación?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.