Las cinco competencias emocionales (1/2)

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“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado adecuado, en el momento oportuno, con el propósito justo y en el modo correcto, ciertamente, no resulta tan sencillo”

Aristóteles.

Hoy quiero hablar sobre las competencias emocionales ya que el desarrollo de las competencias emocionales es el objetivo de la educación emocional.

Muchas veces no entendemos nuestras emociones, ni entendemos por qué actuamos como actuamos según las situaciones, conocer esto nos va a llevar a conocernos a nosotros mismos mejor, es decir, ser mas inteligentes emocionalmente (inteligencia emocional).

Según Rafael Bisquerra concebimos una competencia como la capacidad para  movilizar adecuadamente un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia.

Y la competencia emocional se describe como la capacidad que tiene una persona para expresar sus propias emociones con total libertad y se deriva de la inteligencia emocional, que es la capacidad para identificar las emociones.

Si desde pequeños se empieza a enseñar inteligencia emocional, todo su desarrollo será muy diferente.

Aprender a regular y trabajar para que nuestras emociones estén a nuestro favor requiere responsabilidad y un cambio de actitud. Esta actitud emocional tiene que ver con:

  • QUERER: preparación mental, física y emocional para el cambio emocional.
  • APRENDER: hábitos más saludables. Relajarnos a través del cuerpo, la mente, la visualización, las autoafirmaciones que nos dirigimos, el lenguaje positivo, etc.
  • DESAPRENDER: hábitos no saludables de reacción y conducta automática.

Conciencia emocional

Según Rafael, la conciencia emocional es la capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás, incluyendo la habilidad para captar el clima emocional de un contexto determinado.

Dentro de esta competencia, podemos encontrar otras sub competencias más específicas:

Toma de conciencia de las propias emociones. Es la capacidad para percibir con precisión los propios sentimientos y emociones; identificarlos y etiquetarlos. Para identificar las propias emociones es necesario:

  • Desarrollar la conciencia emocional. Para ello, puedo empezar por preguntarme: – ¿Qué estoy sintiendo “aquí y ahora”? – ¿Cuáles son las causas (internas o externas) que me hacen sentir esto? o ¿Qué hago o cómo me comporto como consecuencia de lo que siento? o ¿Y mi cuerpo, qué hace y qué quiere transmitirme?
  • Reflexionar sobre situaciones emocionales vividas y tratar de identificar las emociones.
  • Preguntar y escuchar la opinión de los demás sobre las emociones que observan en uno mismo.
  • Responsabilizarnos de nuestras emociones y no culpar a los demás o a las circunstancias.

Dar nombre a las emociones. Es la eficacia en el uso del vocabulario emocional adecuado y utilizar las expresiones disponibles en un contexto cultural determinado para designar los fenómenos emocionales. Os dejo diferentes posibilidades y vocabulario para dar nombre a las emociones.

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Dar nombre a las emociones

Comprensión de las emociones de los demás. Es la capacidad para percibir con precisión las emociones y sentimientos de los demás y de implicarse empáticamente en sus vivencias emocionales. Incluye la pericia de servirse de las claves situacionales y expresivas (comunicación verbal y no verbal) que tienen un cierto grado de consenso cultural para el significado emocional.

Para comprender las emociones de los demás es necesario:

  • Aceptar que los demás tienen tanto derecho como yo a sentirlas.
  • Si se considera oportuno, expresar lo que se percibe que les ocurre.
  • Compartir con el otro su emoción y ofrecerle comprensión, apoyo o ayuda.
  • Facilitar la comunicación asertiva.

Tomar conciencia de la interacción entre emoción, cognición y comportamiento. Los estados emocionales inciden en el comportamiento y éstos en la emoción; ambos pueden regularse por la cognición (razonamiento, conciencia). Emoción, cognición y comportamiento están en interacción continua, de tal forma que resulta difícil discernir que es primero. Muchas veces pensamos y nos comportamos en función del estado emocional.

La conciencia emocional es el primer paso para poder pasar a las otras competencias emocionales.

Regulación emocional

La regulación emocional según Rafael, es la capacidad para manejar las emociones de forma apropiada, nos permite tener el control sobre nosotros mismos ytener la posibilidad de elegir lo que queremos sentir hacer y decir.

Podemos definirla como el control de nuestros estados, impulsos y recursos internos. No sería acertado pensar que desarrollando esta competencia dejaremos de enfadarnos, de estar tristes o de tener miedo. Lo acertado sería afirmar que la regulación emocional es dirigir nuestras emociones para que funcionen a nuestro favor.

Los estímulos que pueden ser externos o internos, pasan por una valoración y una construcción que nos lleva a dar una respuesta emocional. En función de cuáles sean las respuestas a esas preguntas nuestra respuesta emocional será diferente, de aquí que un mismo estímulo pueda tener como resultado respuestas emocionales diferentes en diferentes personas. Esto nos permitirá modificar nuestra respuesta emocional, realizando un trabajo previo de reconstrucción del significado que un estímulo determinado tiene para nosotros.

Las sub competencias específicas de la Regulación Emocional son:

Expresión emocional apropiada. Es la capacidad para expresar las emociones de forma apropiada. Implica la habilidad para comprender que el estado emocional interno no necesita corresponder con la expresión externa.

Cada persona tiene unos patrones habituales de expresión, ante cada una de las emociones que es susceptible de experimentar. Esto es, todas las cosas que hacemos o decimos para expresar las emociones que sentimos en cada momento, en sus diversos grados.

En la medida en que ampliemos esas formas de expresión ampliaremos nuestro repertorio emocional, generando una vida emocional más enriquecedora para nosotros y para las personas que nos rodean.

Regulación de emociones y sentimientos. Es la regulación emocional propiamente dicha. Esto significa aceptar que los sentimientos y emociones a menudo deben ser regulados. Lo cual incluye: regulación de la impulsividad (ira, violencia, comportamientos de riesgo); tolerancia a la frustración para prevenir estados emocionales negativos (ira, estrés, ansiedad, depresión); perseverar en el logro de los objetivos a pesar de las dificultades; capacidad para diferir recompensas inmediatas a favor de otras más a largo plazo pero de orden superior, etc.

Los propios sentimientos a menudo deben ser autorregulados desde un punto de vista fisiológico. La autorregulación es la capacidad que nos permite controlarnos a nosotros mismos, nuestras emociones y que ellas no nos controlen a nosotros, quitándonos la posibilidad de elegir lo que queremos sentir en cada momento de la vida.

La regulación emocional fisiológica, comprende un conjunto de habilidades que nos permiten la gestión y canalización saludable de nuestras emociones en función de nuestros objetivos personales, mediante la reducción de la actividad corporal y mental.

 Habilidades de afrontamiento: Habilidad para afrontar retos y situaciones de conflicto, con las emociones que generan (sobre todo emociones negativas). Esto implica estrategias de autorregulación para gestionar la intensidad y la duración de los estados emocionales que ayuden a disminuir la intensidad y la duración de tales estados emocionales.

Podemos diferenciar entre técnicas llamadas de contenido y de capacidad:

  • COGNITIVA DE CONTENIDO: pensamiento alternativo, detectar sistema de creencias.
  • COGNITIVA DE CAPACIDAD: captación de atención, detención de pensamientos, etc.

Competencia para autogenerar emociones positivas. Es la capacidad para autogenerarse y experimentar de forma voluntaria y consciente emociones positivas (alegría, amor, humor, fluir) y disfrutar de la vida. Capacidad para autogestionar el propio bienestar emocional en busca de una mejor calidad de vida.

Terminando…

Para que no se haga muy largo el post, lo he querido dividir en dos, para poder entrar más en detalle en cada una de las competencias.

El resto de competencias son: Autonomía Emocional, Competencia Social y Competencia para la vida y bienestar, que la semana que viene hablaré de ellas.

Espero que os sirva como información para ser consciente de nuestras emociones y que podemos regularlas.

¡Feliz miércoles!

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